viernes, 18 de octubre de 2013

Ella lo mató... se aferró a su cuello hasta que su corazón dejó de latir.

El monstruo.


No te preocupes mi niño, mamá está contigo, nada va a pasarte.
No pongas esa cara mi vida, ya te he contado todos los cuentos que sabíamos, ahora hay que dormir cariño, así bien tapadito, no, tu osito Charlie está roto y sucio, acuérdate. Sí, no me olvido del beso en la frente, sí Esteban, he mirado debajo de la cama y en el armario y no he encontrado ningún monstruo, ya te he dicho muchas veces que los monstruos no existen, sólo que a menudo se tienen pesadillas y crees que lo que has visto y hecho es real mi pequeñín, ahora duerme, sí, mamá vigilará, buenas noches querido, pero no llores mi cielo, por favor sabes que oírte llorar me hace daño, cálmate ángel mío, no te revuelvas tan fuerte, vas a acabar hiriéndote, sabes que esta noche tiene que ser así mi vida, si duermes tranquilo mañana aflojaré las cinchas de tus muñecas y soltaré tus piernas, pero sólo si eres bueno te dejaré comer carne.